Tuvimos el halago de charlar por la tarde con Albano
Favio Moreno, quien tiene 31 años y nació en Córdoba; aunque vive en General
Roca desde el año 2000 con el objetivo de terminar su Licenciatura en Comunicación
en la Universidad del Comahue, lo cual fue todo un logro ya que su mamá, según
él, era muy “cuida”, pero él la convenció -no del todo- de que en algún momento
tenía que vivir solo, “salir del nido” y además su carrera estaba en esta
ciudad.
Su estudio, aunque no lo parezca, le resulta
un tanto difícil porque padece una discapacidad, que afecta su movilidad, su
habla y su vista. Actualmente, se inclina por gestión que es una de las
orientaciones de Comunicación Social. Con respecto a la elección de su carrera
nos contó que, en un principio tenía mucho miedo porque no sabía si lo iba a
poder lograr, y que la eligió esta carrera porque quería una que incluyera la
mayor cantidad de cosas que le gustasen. Dado que, le interesa tener la
posibilidad de conocer a las personas, le gustan los medios de comunicación que
se relacionan cada vez más con la informática, otro tema que le apasiona desde
chico. Además, quería una carrera que le exigiera ser creativo y lo hiciera pensar.
Estudiar esta carrera está siendo una gran experiencia para él: “la Licenciatura
me está dando todo esto y mucho más. Estoy muy contento”.
En un
principio, debido a su discapacidad, había reacciones variadas, lo miraban con
extrañeza y hasta con lástima con la típica reacción ‘Ayudémosle porque no
puede’; pero después de que se daban cuenta de que era una persona inteligente
y muy estudiosa, y a quien le gustaba conversar, lo trataban con confianza. “Con
respecto a los profesores, las reacciones eran de asombro y con actitudes
interrogantes. Al igual que nosotros con los profesores, con algunos pocos
tiene un trato más bien de distancia. Nos dimos cuenta de que realmente es un
ejemplo de vida, dado que es una persona muy convencida y con una gran
proyección de vida, ya que nos aseguró que tiene una meta principal: recibirse
y con el título bajo el brazo irse nuevamente a Córdoba, en donde tiene un
amigo que tiene un multimedios y me dijo que podía trabajar con él.”
A pesar de su condición, se considera igual a
todos y con las mismas posibilidades de estudiar y de proyectarse un futuro
propio.
“Me encuentro en mi séptimo año de carrera y
en este momento estoy haciendo una tesis sobre la relación entre discapacidad,
niñez y educación. Elegí al Colegio Domingo Savio para realizar la misma.”
Entre tantas cosas que nos cuenta, nos dice
que le gusta más el colegio que la universidad. Para elegir una escuela primero
visitó los blogs de las que lo tenían y eligió nuestra institución porque le
llamó la atención el ámbito familiar en el que se desarrollaban las actividades
escolares. Al llegar y luego de estar un tiempo conviviendo con nosotros le
pareció un lugar muy cómodo para desenvolverse, sintiéndose como parte de la
comunidad educativa.
Quiere dar lo mejor de sí en la universidad
para que valga el esfuerzo. Actualmente no trabaja porque quiere dedicar todo
el tiempo posible al estudio para poder recibirse rápidamente, y está cursando
una materia previa a la tesis (sobre la relación entre discapacidad, niñez y
educación). Le queda poco para terminar la carrera pero no quiere relajarse
porque no le van a dar un “casi titulo” sino que tiene que llegar al título. No
se conforma con que lo feliciten porque está estudiando, sino que quiere
terminar lo que empezó. Esa es su meta. Nos demuestra ser una persona muy
organizada y responsable, ya que por lo
que nos cuenta hace todo a su tiempo y no deja nada a medias.
Nos aconseja que al momento de elegir una
carrera tenemos que pensar en algo que realmente nos guste, con lo que nos
sintamos cómodos.
Al momento de trabajar quiere ser su propio
jefe. La razón es que le gustaría trabajar cómodo y sentirse a gusto y no
pensar en que está obligado a cumplir un horario.
De lo que nos habló, rescatamos dos anécdotas muy
graciosas:
Recuerda que a la salida de la escuela estando
en silla de ruedas quería bajar rápido por la rampa, pero había un bache. Intentó
calcular cómo hacer para bajar sin trabarse con este, pero los cálculos le
fallaron y cayó de la silla. Estando en el piso giró la cabeza hacia un costado
y vio un camión y pensó que este estaba en movimiento y venia hacia él. Se
corrió hacia un lado, los amigos cruzaron la calle y cuando se dieron cuenta
que estaba bien llamaron a la preceptora. Le aconsejaron diciendo que andar en
su silla de ruedas era como conducir un auto, que tuviera más cuidado.
Como segunda anécdota nos cuenta que había
tenido que caminar mucho porque la facultad le quedaba lejos, entonces en una
de las ultimas cuadras una señora al verlo en su condición le pregunta si
necesitaba algo y él contesta: un corazón y dos pulmones.
Cuenta que las personas no son consientes de
lo que implica su condición. Entre los ejemplos, nos menciona que al viajar en
colectivo y caminar por la calle no le dejan suficiente espacio para
movilizarse; y hay una mala adecuación de las calles con el asfalto sobresalido
y, las rampas mal realizadas o que ni siquiera existen. Agrega que las
universidades no están adaptadas para recibir a personas que padecen
discapacidades como la suya.
Te agradecemos Albano por tan lindo momento,
todo lo que nos contaste y aconsejaste. Mil disculpas por la tardanza de la
entrevista, lo prometido es deuda así que acá cumplimos.
Ovando
Julieta, Chalop Marcos, Bonilla Milena y Fernández Ana Laura
