pintor holandés nacido en los años 1450, muy reconocido, donde entre sus obras se destaca la humanidad. Se dice que tenía importantes inspiraciones surgidas por meditaciones, que en la época, no era ordinario.
Con obras sensacionales, vale destacar principalmente ‘El jardín de las delicias’ su obra más reconocida, que es lo que nos trajo aquí.
Esta magnífica pintura al oleo fue una expresión de simbolismo, que aún hoy, no es posible interpretar todo ese lírico expresado en la obra.
A simple vista se puede considerar como una obra misteriosa, donde al contemplarla pueden surgir miles de razones, pero nunca se sabrá con exactitud qué fue lo que llevó a Bosch pintar esta espléndida obra de arte.
Esta pintura fue representada de dos formas, la primera denominada ‘Tríptico cerrado’ y una segunda ‘Tríptico abierto’. Ha de llamarse Trípticos a las dos escenas que presenta la obra.
Se dice que se ha llamado Tríptico cerrado al tercer día de la creación del mundo, según como relata el Génesis. En este tríptico se puede ver una esfera que parece ser la Tierra, con tonos grises se nota una esfera luminosa, con detalles imprecisos. Según quienes cuentan, los tonos grises fueron seleccionados por Bosch para reflejar un planeta sin Luna y sin Sol.
Se relaciona su obra de arte con lo divino, en la parte superior izquierda se puede observar la imagen de Dios con una Biblia y donde también se encuentra una frase bíblica relatando lo siguiente -Él lo dijo, y todo fue hecho. Él lo mandó, y todo fue creado-
Cuando el Tríptico es abierto, se dice que ha de ser el séptimo y último día de la creación, encontrándose en la parte central, el ‘paraíso’ Adán y Eva expresando claramente la lujuria. Se observa notoriamente el acto sexual que, según su significado divino, es allí cuando el hombre pierde la gracia. Mientras tanto en la parte izquierda, se presenta en colores más oscuros, el infierno. Donde se muestra una imagen culminante, en la que el hombre es condenado por todos sus pecados cometidos. Esta parte también fue llamada ‘el infierno musical’ ya que presenta en ella, importante cantidad de instrumentos. ¿Ha de ser un infierno la música para Bosch?
Es así que Bosch expresó todos sus conocimientos. Esta obra ha de ser fantástica, curiosa y muy llamativa lo cual, la hace única.
A mi parecer, en cada mancha de oleo se presenta cada expresión del pintor. Es inverosímil intentar comprender cada detalle, ya que es una obra que presenta tanta sabiduría que sólo Bosch pudo comprender.
Es verdaderamente placentero contemplar esta obra, perturbadamente recomendable.
Aprovecho la ocasión para dejar aquí, otra obra de arte. No justamente una pintura, ya tenemos suficiente con qué saciar nuestros ojos, pero sí de apreciar se trata ¿qué mejor que una hermosa melodía musical nos acompañe?
He aquí la canción Cristálida de Luis Alberto Spinetta, que aún más curioso que nosotros, ha intentado descifrar esta obra de arte, escribiendo una canción contemplando esta belleza.
Podemos intentar traducir esta obra de arte, pero sólo dos prestigiosos artistas como Bosch y Spinetta sabrán qué los llevo a tanta belleza.
Critálida – Luis Alberto Spinetta
Aguas claras de Olimpos,
que la diosa guarda.
Los caballos del día,
que la diosa guarda.
Los caballos del día, sudan de golpe frente a mí.
Temblando de carreras.
Sombras inútiles del parque.
Los que llamaba no aparecieron.
Todo gigante muere cansado,
de que lo observen los de afuera.
Hoy el viento baila así,
como junto al fuego
y los luceros enormes,
como junto al fuego.
Los luceros enormes toda la noche gritarán,
tentando a la colina.
¿Cómo hacer que este valle de huecos
no suba más por mí?
No tengo más Dios.
Unas ramas nacidas,
del viejo monte,
están siempre brotando,
del viejo monte.
Están siempre brotando yo, ya no las puedo controlar,
Cruzando la tormenta.
Sombras inútiles del parque.
Los que llamaba no aparecieron.
Todo gigante muere cansado,
de que lo observen los de afuera.
Miro ya los relojes,
entre la neblina
y las luces primeras,
entre la neblina,
y las luces primeras, ya empezaron a desperezar,
gorriones en la leña.
¿Cómo hacer que este valle de huecos no suba más por mí?
No tengo más Dios.
Sombras inútiles las de este parque,
los que llamaba no aparecieron.
Todo gigante muere cansado de devorar a los de abajo.