El profesor de historia nos encomendó la tarea de preguntarles a nuestros padres sobre algún acontecimiento histórico que recuerde. Le pregunté a mi papá, Antonio, y me relató como vivió el golpe de estado que desplazo del poder legítimo al presidente Don Arturo Humberto Illia:
Ocurrió en una fría mañana del 28 de junio de 1966. Yo era un niño de apenas ocho años y comencé a entender ese día lo que quería decir golpe de estado. Esa mañana, mi madre muy temprano, preparó el desayuno, yo arreglé mis útiles escolares dentro de mi vieja cartera de cuero marrón. Si bien vivía en la chacra, esta quedaba muy cerca del pueblo, así que me iba caminando al colegio. Al cruzar la estación de trenes, como todos los días, me detuve. La figura de un enorme policía, que esa vez vestía de una forma particular, tenía un sobretodo grueso de color azul que lo abrochaba unas correas de las cuales colgaban un sable y una pistola, llevaba una gorra militar del mismo color del sobretodo; era el sargento Molina. Que al verme me dijo: -¿a dónde va palomita? (Ya que ese era mi apodo en Cervantes) y yo respondí: -¡a la escuela señor!, entonces el dijo: -volvete a tu casa, hoy no hay clases, hubo un golpe de estado y gobiernan lo militares.
Aprisionando en mis brazos la vieja carterita cruce todo el ferrocarril y el puente del canal grande, iba corriendo, ya que todavía estaba oscuro. Golpeé la puerta de casa y mi madre contesto desde la cama: -¿Quién es?
-Yo Nino, conteste -¿¡que paso, que te olvidaste!?, Dijo mama, -¡nada, no me olvide nada! ¡Dicen que hay un golpe de estado y sacaron al presidente!, dije. Mi madre con mucha preocupación solo atino a decir: ¿¡otra vez!?
Realizado por Paula Palermiti 2º C
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